PONENCIA 1424 | La cancelación como proceso de etiquetamiento: apreciaciones críticas de las funas desde la teoría de la desviación.

“No existe la cultura de la cancelación” es una frase común que se sostiene desde ciertos sectores progresistas cuyos miembros asumen las denuncias y señalamientos en redes sociales como prácticas por la justicia social. Más allá de si los individuos señalados han cometido o no una falta moralmente reprobable, el presente trabajo busca analizar a la cancelación como una forma de reacción social frente a lo que se asume es un comportamiento o acción “desviada” y aportar en una comprensión interna del fenómeno que nos acerque a formas de justicia restaurativas.

Partiendo de la teoría del etiquetamiento del sociológico Howard S. Becker (2009), propongo entender a las prácticas de cancelación como reacciones sociales en torno a comportamientos etiquetados como “desviados”. La desviación aquí no debe ser entendida como una cualidad del acto o de la persona que lo realiza, sino como una consecuencia de que otros -aquellos que tienen el poder para hacerlo- apliquen ciertas reglas y sanciones a dicho acto transgresor. El “cancelado”, parafraseando a Becker, es aquel que ha sido exitosamente etiquetado como tal, donde a pesar de que estos sujetos -y las causas para realizar tales acciones- no constituyen un conjunto homogéneo, esta práctica agrupa y clasifica como “agresores”, “peligrosos”, “deteriorados”, “funados”, “cancelados”, etc. a individuos que comparten entre sí tal clasificación, convirtiéndola incluso en una cualidad sustancial de su propia naturaleza.

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